Este es un artículo que nace de mi Twitter. Cuando estoy empezando a escribir esto, ha aparecido una avalancha de gente de dudosa ideología para criticarme (más bien echarme en cara) que defienda la inmigración. Esto no es más que un artículo de opinión propio, que no se basa en datos sino en cómo yo veo las cosas desde mi punto de vista, así que no esperéis mucha rigurosidad, sino mi opinión más pura sobre este asunto.


Estos puntos que voy a criticar a continuación los llegué a abrazar en una época oscura de conservadurismo que tuve (todos tenemos un pasado oscuro).
Primeramente, deberíamos conocer el significado del término. Según la RAE: “Acción por la cual una persona fija su residencia habitual en el territorio de un Estado miembro por un período que es, o se espera que sea, de al menos doce meses, habiendo sido previamente residente habitual en otro Estado miembro o en un tercer país.” Es decir, una persona la cual venga de Alemania es un inmigrante porque proviene de otro país distinto al nuestro.
Al igual que las personas responden a muchos perfiles distintos, los inmigrantes igual. Está el inmigrante formado y educado que viene desde Suecia o el pobre senegalés que viene a España en busca de mejorar su vida. El ejemplo más claro de inmigración en España es de gente más pobre que nosotros, africanos y sudamericanos que vienen para trabajar (en su mayoría) y hacer de su vida algo mejor.
Hay personas que están en contra de la inmigración porque incluso les parece obsceno que una persona pueda renunciar a su país por buscar su futuro y libertad. Perdona, pero por yo haber nacido en un estado no significa que deba estar ligado a ese país por siempre, y mucho menos que le deba pleitesía. El africano que viene huyendo de una guerra civil, hasta yo mismo (mi objetivo es salir de España para trabajar de lo que me gusta) tenemos el mismo derecho a salir de un lugar independientemente de la formación de cada uno, ya que somos todos, al fin y al cabo, seres humanos libres, ciudadanos del mundo1 que únicamente queremos lo mejor de nuestra vida. Una crítica que los de este argumentario creen válida es una frase dicha por José Antonio Primo de Rivera: “solo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria” pero esto claramente no es así. La libre circulación del ser humano es algo tan antiguo como la propia creación del mundo. Desde el principio de los tiempos sucede así. Por ejemplo, el homo sapiens migró de un lugar a otro en busca de su supervivencia, o mismamente el ejemplo lo tenemos aquí, en España, donde los españoles se fueron a América en busca de un futuro mejor. Esta restricción se origina con la creación del Estado-Nación moderno y los límites que ello marca2. Es una estupidez decir que por haber nacido en x lugar tienes que permanecer allí perenne, porque históricamente han existido flujos migratorios a raudales.
Obviamente la inmigración puede crear problemas. Uno de los principales es la aculturación social o que el inmigrante no encuentre trabajo en el lugar a donde ha inmigrado. Este problema es muy frecuente en España, donde la minoría de inmigrantes comete la mayoría de delitos. ¿Qué pienso que hay que hacer ante esta situación? Yo tengo varias ideas pero por la que más me decanto es por la vía rápida3, deportar o encarcelar al que malogre el desarrollo y la marcha de la sociedad. Imaginad, como sucede, que hay cierto grupo de personas extranjeras que se dedican a violar personas. Yo con ello entiendo que su objetivo no es contribuir, sino que son una carga más que un beneficio para la sociedad, por lo que creo que deberíamos mandarlos a su país de origen o que caiga todo el peso de la ley sobre ellos como cualquier otra persona, independientemente de dónde proceda o si es del propio país o forastero. Para entender esto, suelo hacer un símil para que se entienda mi postura. Imaginad que invitáis a un amigo a casa y ese amigo os parte la vajilla e insulta a vuestra madre. ¿Lo volveríais a invitar a vuestra casa? Por sentido común, no. Pues eso mismo deberíamos hacer con los extranjeros que delincan en España. Además, tomar esta medida beneficia al inmigrante honrado que viene a España a aportar, porque se diferencia del resto y su adaptación social es mucho mejor, ya que los cafres de siempre serían eliminados de la sociedad y los buenos se quedan con un reconocimiento y status social óptimo. Es por ello por lo que creo que el dogma de que el inmigrante viene a delinquir es totalmente falso, porque un sector muy reducido es el que comete los delitos y por culpa de la excepción el resto se ve perjudicado.
Otra crítica es que le quitan el trabajo a los españoles. Otra afirmación demagógica, debemos entender que tener un trabajo no es un derecho, y por ello, por el simple hecho de existir nosotros no tenemos por qué tener uno asegurado. Como sucede en España, si hay mucha gente que no quiere trabajar4 deberemos sustituir esa mano de obra por una extranjera, además de privar de subsidios a la gente que rechace ofertas de trabajo (esto lo abordamos “grosso modo” porque nos desviaríamos bastante). La otra crítica es que priva al grupo más débil de nuestra sociedad de trabajo, pero volvemos a decir lo mismo, por el simple hecho de ser del lugar no tienes por qué tener trabajo, si quieres trabajar, sé más capaz que el resto para ese trabajo. La inmigración por ende, pienso que mejora la productividad por la mayor competitividad laboral.5
Otro beneficio es la multiculturalidad. Ser una sociedad diversa trae beneficios, porque es lo mejor para el libre intercambio de ideas y lo mejor para el crecimiento personal de cada uno y de la sociedad en conjunto.
En resumidas cuentas, y como hemos abordado, veo mucho más productivo que haya un libre flujo de inmigrantes que una sociedad cerrada al exterior. Me habrán faltado argumentos, como que ayudan a la demografía, pero he intentado resumir los más importantes en unas líneas que al final se han hecho extensas.
Eso si, no hay que negar que dependiendo del lugar de procedencia tendrán una cultura y moralidad distintas.
Dejo aquí una cita por aquí: “La práctica totalidad de los estados se alzan sobre la usurpación y la conquista” Hume 1987, 471. Por lo que es incorrecto rechazar a alguien que venga de otro lugar, porque ese lugar no es nuestro. Pero al estar viviendo en un estado (a pesar de su ilegitimidad) luego propondré una solución que se adapte a la actualidad cuando un inmigrante quebrante alguna ley de nuestro ordenamiento.
Al vivir en un estado ilegítimo con límites reales (a pesar de lo dicho en la nota dos), ya que vivimos en este sistema y nadie hace nada para ello, podríamos tomar la deportación como vía para eliminar de la sociedad a esa parte que nos haga daño. Si bien habría que diferenciar entre la gravedad de los delitos para recurrir a esta vía.
Por culpa de los subsidios, que ahí no le quito la razón a Tamames.
Este post está hecho para la actualidad, sin abordar la ilegitimidad o no del estado para echar de su territorio a una persona. Si lo abordásemos desde la teoría pura anarquista, (de la que soy defensor), ahí la cosa ya cambiaría, como he escrito en la nota 2. Pero no estoy ahora para escribir sobre ese tema que ya abordaré, sino para plantear alguna solución real en la actualidad.