Me cansa la gente que cree que la meritocracia no existe, en serio. Resulta ya aburrido demostrar que si tienes hambre por conseguir algo lo puedes conseguir (siempre que sean objetivos viables, por ejemplo yo por mucho que lo intente no voy a llegar a ser culturista profesional). Esto no es un pensamiento influido por el sueño americano, ni mucho menos, sino que es la realidad. Obviamente para conseguir tus objetivos se necesita bastante trabajo y sufrimiento, algo que parece que la mayoría de las personas no entienden o no quieren entender.
¿Qué es el mérito? Me gusta recurrir a la RAE para tener una definición exacta del término: “Es la acción o conducta que hace a una persona digna de premio o alabanza”. Me gustaría hacer ver los tres tipos de méritos que existen a mi modo de ver:
Social: que la gente reconozca tu labor o lo que has conseguido.
Económico: que se te remunere de manera adecuada la consecución de tus objetivos.
Personal: estar contento contigo mismo por lo conseguido.1
Dicho esto vamos a abordar el tema de este artículo. ¿La meritocracia son los padres? Este mantra es muy repetido por ciertos sectores ideológicos y es una burda mentira, además de una gran manipulación de la sociedad. Estas corrientes proclaman básicamente que por nivel de renta algunos tienen más fácil llegar a conseguir sus objetivos que sus congéneres con menos posibilidades económicas, pero hasta dónde es esto cierto?2
Imaginad que dos chavales quieren entrar en una Big Four.3 Mientras uno tiene unos padres que trabajan en consultoría, el otro tiene unos padres con la educación básica. El trazado para llegar a esta meta es absolutamente el mismo. Avanzar por todos los cursos, realizar una carrera de Economía o similar y hacer la entrevista que te haga entrar en una de esas firmas. Absolutamente igual. Aquí nuestros amigos empiezan a poner pegas, (casi todas en términos de renta (así que añadiré alguna crítica más para sustentar mejor mi contracrítica). Dicen que no hay igualdad de oportunidades por estos motivos que rebatiré a continuación:
La educación es distinta, mientras que unos pueden permitirse escolarizar desde tempranas edades a su niño en un colegio privado el otro se educa en un colegio e instituto de mala muerte. (A partir de aquí añado más desigualdades).
El entorno en el que se crían es distinto.
Tener a unos padres que ya sepan de que va el tema hace que su hijo tenga más facilidades.
Empecemos desmontando el argumento principal, el de la renta y educación. ¿Qué más dará que partamos de una base distinta? En términos monetarios la situación puede ser más benigna para el primero, pero eso no impide que el segundo tenga armas para llegar a igualar al primero.4 Primeramente, existe un sistema de becas5 que permite que el segundo pueda optar a entrar a universidades de igual manera que el primero, además, puede intentar conseguir un trabajo para mejorar su poder adquisitivo de cara a sus épocas de formación. Segundo, el colegio donde estudie da exactamente igual, ya que nos guste o no, existe la Selectividad, tan odiada por todos, que aunque no valore las capacidades del estudiante adecuadamente, sirve para hacer algo de justicia en este ámbito, igualando a ambos estudiantes, que si sacan notas parecidas podrán llegar a conocerse en la universidad cada uno con sus circunstancias. Tercero, si David, todo esto es muy bonito, pero si al estudiante 1 los padres les pueden ayudar con los estudios y al 2 no, ¿hay igualdad al competir? Esto no es más que una falacia, ya que hay una cosa llamada Internet que es de los mejores inventos de la historia. Ahí está todo el conocimiento que necesites a unos cuantos clics, lo que pasa es que el mal uso supera al buen uso (en casi todas las facetas de la vida). Os cuento una anécdota personal mismamente, gracias a las redes sociales he podido conocer a gente con mis mismos gustos y hacer amigos con los que compartir pasión. Si yo he podido cualquiera puede hacerlo, además de toda la información gratis que existe y facilidades para aprender de cualquier tema.
Por todo ello me parece una falacia decir que la meritocracia no existe. Aunque digan que los libertarios como yo no reconozcan la igualdad de oportunidades de base, cosa que hacemos, creemos que esas diferencias son insalvables,6 pero no las usamos como excusa para decir “no consigo mis objetivos” sino al revés, que si la gente con más capacidad económica ha podido hacerlo, ¿por qué nosotros no vamos a poder hacerlo? ¿Por qué vamos a ser menos que nadie si esa gente ya lo ha conseguido? La tónica de pensamiento de la gente que piensa que la meritocracia no existe es pensar que el Estado tiene que resolver nuestros problemas, incluso los más íntimos. Los defensores acérrimos del capitalismo y la libertad todo lo contrario, que si queremos podemos llegar a hacer lo que queramos, porque tenemos la libertad de conseguirlo y apropiarnos de lo que hayamos conseguido.
Os pongo otro ejemplo personal. La mayoría de personas con las que estudio tienen padres con estudios superiores, en cambio yo sería el primero de la familia en sacarme una7. Ellos ya parten con ventaja respecto a mí, ya que en su familia lo ven algo normal tener una enseñanza universitaria8, mientras que en la mía no (ahí ya estoy consiguiendo un mérito a título personal y me siento orgulloso de cada día estar un paso más cerca de conseguirlo). Es meritorio poder avanzar en la dirección que quieres y hacer sentir orgulloso a tu familia de que estás consiguiendo algo importante. Igualar esta experiencia vital como he comentado en es imposible. Pero esta experiencia vital de cada uno nos enseña cosas distintas, al igual que ellos pueden tener unas cualidades distintas a mí, yo puedo tener unas cualidades distintas a ellos que me hacen ser mejores en ciertos aspectos, es un sistema de pesos y contrapesos perfecto. La influencia de la enseñanza de cada uno es fundamental, tanto es así que tiene un nombre, el efecto Pigmalion9.
Este abandono de la meritocracia consigue otra consecuencia negativa que es la infantilización de la sociedad “ad absurdum". Obviamente hay que tener más factores en cuenta, como la educación dada por generaciones anteriores, pero es cierto que el abandono de la cultura del esfuerzo nos ha hecho ser más vagos y maleantes10 que otras generaciones. Abandonar esta cultura ha hecho que perdamos el foco en nuestros objetivos, creer que merecemos de todo sin tener que hacer nada, tal y como algunos nos han educado y como el estado quiere hacernos creer regándonos de subsidios y paguitas haciendo que perdamos productividad y ganas de hacer cosas nuevas, de innovar y de aprender. Como futuro economista, creo que todo es multicausal, por ello que hay que sumarle el tremendo impacto que han tenido las nuevas tecnologías en nuestra vida. Perdemos demasiado el tiempo, antes con la televisión ahora con el móvil,11 lo que nos hace estar en Babia cuando no deberíamos y tenemos cosas más urgentes que hacer.
En resumen, la meritocracia existe, puedes mejorar tu calidad de vida respeto a tus primogénitos en la actualidad con mayor facilidad que antes, tenemos todas las armas para poder ser lo que queramos gracias a Internet y los conocimientos que proporciona, con una ética de trabajo buena se llega a cualquier lado, las ganas de hacer cosas, si realmente las tienes, superan casi cualquier impedimento. ¿Cuál es tu excusa entonces? ¿Que hay gente que lo puede conseguir con más facilidad que tú? Claro. Gente así hay a miles. Tendrán mayor capacidad por renta, por capacidad intelectual, por contexto vital o por la excusa que quieras poner, pero eso jamás será un impedimento serio. Yo me siento orgulloso de mis orígenes y de poder competir de tú a tú con gente que ha tenido las cosas más fáciles.12 Competir contra ti mismo primeramente y luego contra los demás es lo que nos hace mejores.
Por último y ya acabo el artículo obviamente tengo que agradecer a mi círculo y sobre todo a mis padres por haberme hecho tener estos valores. Podré estar en el segundo diagrama de la nota 10, pero eso no quita que ellos me hayan hecho lo que soy y me hayan ayudado en todo lo que he necesitado. Para ser un ejemplo no necesitas tener un título, tienes que ser una gran persona y tener unos grandes valores independientemente de a qué te dediques, y que se quite lo demás, así que gracias por esto porque este artículo es más vuestro que mío.
En términos de Maslow, el último escalafón de la pirámide, para los que no sepan de qué hablo: Pirámide de Maslow
Antes de empezar, no me vale el recurso de: es que un africano no tiene las mismas posibilidades que un europeo, premisa que obviamente es cierta, así que empezaré desarrollando mis ideas desde el punto de vista comparativo de dos españoles y no desde ese nivel utópico, ya que el éxito para un niño español con todas las necesidades cubiertas es distinto a la de un niño congolés que puede que viva en guerra y no consiga muchas veces comer en un día, dependiendo del contexto en el que nos encontremos el éxito es subjetivo y algo muy personal.
Una de las 4 mejores y grandes empresas globales de consultoría y auditoría entre las que están PWC, EY, Deloitte o KPMG, pongo este ejemplo porque es un objetivo que tengo.
Algo que me hizo mucha gracia fue un tuit de Nunes que decía que los que habían tenido padres titulados tenían más posibilidades de tener también un título universitario, pero mirad por vosotros mismos la gráfica y reíros de su ignorancia. El 25% mejora su situación inicial respecto al 40% que no obtiene ese graduado a diferencia de sus padres, aparte de ser un gráfico muy sesgado, no le da ni la razón, es para tomárselo a risa.
Que critico y creo que funcionaría mejor en otros casos pero no vamos a entrar en el tema económico de que si los impuestos son malos o buenos, así que trataremos el tema tal y como es España actualmente.
La diferencia de renta es lo que se ve, pero creo que va más allá. El dinero es valor, y dependiendo de cuánto tengamos significa cuánto valor hemos generado o no, así que es indicativo de los buenos o malos usos y qué prácticas llevan o no al éxito.
Por eso pienso que igualar a la sociedad es imposible, ya que por causas biológicas o circunstancias vitales es inimaginable igualar a todo el mundo, además de ser una entelequia. ¿Traería esto beneficios? Desde luego que no, porque cada uno tiene una experiencia vital que lo hace distinto al resto.
En la generalidad de casos es la regla, pero también es cierto que hay algunos (como hemos visto en el gráfico) que no quieren estudiar una carrera a pesar de tener las posibilidades de ello.
No he tenido mucho tiempo de investigarlo pero trata básicamente que tu entorno influye positiva o negativamente sobre las decisiones que tomes en tu día a día.
Expresión de mi padre de esta mañana hablando sobre el tema.
Yo hay veces que reconozco en mí mismo este error, pero es que esto de las redes sociales lo tiene muy bien montado. Te queman los receptores de dopamina a lo bestia haciéndote esclavo de nuevas emociones o de nuevo entretenimiento de manera más rápida que nunca. Todos hemos dicho alguna vez “va cojo el móvil un momento y sigo haciendo esto” pero muchas veces es complicado cumplirlo y eso nos lleva a perder tiempo de nuestro día.
Fáciles en el sentido de mayor renta, mayor capacidad… No que yo haya pasado penurias ni mucho menos.
Camarero, este plato sabe fatal y además es muy pequeño.