Antes de comenzar voy a explicar el motivo que me ha llevado a hacer este artículo. Los que convivís conmigo diariamente (que sé que no es fácil) me habéis escuchado estas semanas ser un turras con eso del “mediterráneo moral”. ¿Qué es eso, David? En resumidas cuentas, la creencia de que los mediterráneos somos mejor pueblo y sociedad que el resto de pueblos por tener cualidades morales y en la forma de vivir distintas. Para explicarlo hago este artículo, espero que os lo disfrutéis.
Origen:
Este sistema filosófico no es en absoluto creación mía, ojalá, sino de un tuitero Don Raggio. Descubrí su cuenta a raíz de la muerte de Sánchez Dragó y leí este hilo que me encantó, pero en el que tampoco profundicé. Hace una semana, murió Antonio Gala, a lo que Raggio escribió:
Ahí volvió a despertar mi curiosidad, ¿qué es ser un mediterráneo? ¿Es otra absurdez de un tuitero? Entré a Google y leí estos artículos1 y empecé a reflexionar de verdad. No era una magufada de un cualquiera, era algo que andaba buscando desde hace tiempo. En esta semana he comprendido muchas facetas de mi forma de ser a raíz de este sistema de pensamiento. Gracias a esa reflexión y los conceptos explicados por Raggio voy a transmitiros qué es ser mediterráneo.
Características del mediterráneo moral:
Vivir con simpleza, valorar las cosas animales y placeres casi nimios pero que nos dan la vida. Los mediterráneos disfrutamos de las pequeñas cositas, de esos placeres que parece que no existen, que no importan, pero que son el culmen de la felicidad. De tantas enseñanzas que les debo a mis padres recuerdo una frase de mi padre que me ha marcado de por vida:
“David, ¿de qué sirve el dinero? Muchos ricos son infelices, no es más feliz el que más tiene, sino que el menos necesita. Yo soy feliz tomándome una cerveza debajo de la parra en verano cuando termino de trabajar, no necesito más.”
Esta frase toma total sentido ahora que conozco la moral mediterránea y tengo conciencia de ella. Nosotros mismos, sin darnos cuenta, tenemos esa filosofía de vida ya predeterminada. Buscamos el placer en cada lugar, en la compañía de nuestra gente y en la sencillez. La genialidad está en la simpleza. Vivimos constantemente “en la utilidad de lo inútil”2 para vivir.
Otro ejemplo de ello es la llamada sobremesa, que es algo único de nuestro lenguaje3. La practicamos casi inconscientemente, terminamos de comer y procrastinamos, vagueamos en el devenir y reposamos la comida con charlas que hay veces que se alargan demasiado. La sobremesa es el acto más puro de bienestar con el ambiente y tus compañeros de comida. Fluimos de manera tal que no podemos separar todavía los caminos, renunciamos a la productividad en la futilidad de las palabras. Hablamos por los codos, el “carpe diem” más idílico se funde en el ambiente, sea sin bebida, con un café o bebidas alcohólicas. Porque el mediterráneo disfruta del alcohol, un elixir al que está ya adaptado tras generaciones de consumo, al contrario de los demás pueblos bárbaros, como los ingleses, que renuncian a la moderación y con ello, renuncian al bien y a disfrutar de la manera que se debería. El Mediterráneo como zona geográfica es fértil, y de esa fertilidad nace el vino, ese mejunje dionisiaco que nos otorga felicidad instantánea.4
Felicidad y hedonismo. El mediterráneo es hedonista5 por naturaleza. Buscamos el placer en cada momento, llevamos al límite disfrutar de la vida, no perder el tiempo, buscar hacer algo a cada momento. Odiamos el trabajo, bueno, más bien hacemos notar que no nos gusta trabajar. A ningún pueblo le gusta trabajar, pero el mediterráneo lo grita y enarbola esa bandera.6 La confrontación entre ellos y nosotros es gigantesca, pero todo tiene un por qué. Nosotros tenemos muchas cosas de las que disfrutar, un gran clima como mínimo. Vemos un rayo de sol y nos lanzamos a la calle a tomar algo y a reír. Ellos no pueden disfrutar de buen tiempo, por eso su mentalidad de trabajar y trabajar les absorbe en su vida. Trabajan para olvidar que su calidad de vida no es tan buena, el mediterráneo hace uso de su ventaja geográfica y trabaja para mantener un estilo de vida radiante como el clima.
Geografía. Lo acabamos de ver, el sur tiene un gran clima que nos hace distintos. El tiempo condiciona tu felicidad y tus hormonas. Un gran tópico en relación a esto es que la gente del sur es más activa sexualmente y recusando a la evidencia anecdótica de cada uno es cierto. El buen tiempo aligera las prendas que llevamos, estimula nuestras hormonas y querer buscar el placer, en este caso, sexual. Esto ayuda a que la sexualidad y sensualidad no tenga parangón respecto a las otras culturas. No hay nada más mediterráneo que la libertad sexual, es lo tradicional. La isla de Lesbos, lo blanqueado de la prostitución en Roma o las meretrices griegas, saunas, esculturas, olimpiadas en las que los participantes iban desnudos7, la naturalidad y la belleza del cuerpo humano es una constante en nuestra cultura. Pongo al protagonista de la novela de Reverte Falcó o el clásico “casanova” como ejemplo, el mediterráneo es enamoradizo desde sus raíces.
¿Qué países somos mediterráneos? ¿Todos los que este mar baña? Los mediterráneos somos los portugueses, griegos, italianos y españoles. Hemos dicho que la geografía importa, este factor hace que haya una graduación de intensidad en la forma de sentirnos mediterráneos. Mediterráneo es casi cualquier habitante de estos países (siempre hay excepciones). Mediterráneo es el soriano porque presenta similitudes con nuestra manera de ser, pero no lo es tan intensamente como el andaluz.8 Hay distinciones debido al clima. Como hemos dicho, mientras más sol, más calor, más juerga, más vida en la calle, más relaciones sociales con el resto uno ama la vida más, se convierte más mediterráneo. Eso es lo que diferencia al mediterráneo talásico9 que del interior.
Gastronomía. A los mediterráneos nos encanta el buen comer, y no es casual. Las culturas gastronómicas del mediterráneo son las más reconocidas mundialmente, las más saludables y variadas. La comida portuguesa, con ese buen bacalao, la italiana, con la pasta o la pizza, la griega con las ensaladas, yogures o mismamente la nuestra, de la que podríamos enunciar miles de platos como con las otras, nos hace distinto. No hay nada más que ver quiénes usamos en la cocina el aceite, signo de distinción respecto de otras culturas.
España es de los países que ostenta más estrellas Michelin10 al igual que Italia. La felicidad de las sociedades se demuestra mediante el arte, una forma de hacer arte es cocinar. Si bien comer es una necesidad, cocinar es un placer, sobrevivir frente a saber vivir. Al decir que cocinar es un arte hago un pequeño apunte sobre esto. Podemos vivir sin arte pero no puede haber felicidad sin arte, porque necesitamos de cosas bellas para ser felices, por eso decoramos el móvil, algo que todos usamos a diario, o nuestra casa, y no lo dejamos en un simple armatoste de hormigón y ladrillos. Así ocurre igual con la comida, porque la gastronomía es un arte que no todos los pueblos dominan, sino investigad la cultura gastronómica de los países más del norte.
Cultura y elegancia. Uno de los rasgos fundamentales de un buen mediterráneo es su cultura y elegancia. Nuestra cultura creo que está degenerando al adoptar tradiciones más anglosajonas y adoptar rasgos culturales caribeños o estadounidenses. Recordemos que el Mediterráneo es la cuna de la civilización tal y como la conocemos, tenemos de las culturas más ricas, ninguna cultura tiene un Quijote, signo diferencial. Somos distintos porque tenemos una cultura más vitalista. Los filósofos alemanes más reconocidos, por ejemplo, eran estudiosos de biblioteca, véase Kant, en cambio, el mediterráneo desarrolla su filosofía partiendo de su experiencia vital. Cervantes, Ortega, Zambrano, mis maestros Escohotado o Dragó son ejemplos de ello mismamente. Personas con grandes conocimientos culturales de biblioteca, por decirlo así, pero todavía más enriquecidas por la experiencia vital. Sin su biografía, Cervantes jamás podría haber escrito El Quijote, Escohotado Retrato de un Libertino o Historia General de las Drogas, Dragó no hubiese sido el mismo sin haber viajado. Estos autores valen para ejemplificar nuestra cultura de la vida y los nombro porque soy más conocedor de ellos, pero ejemplos así hay a centenares. El mediterráneo es elegante por naturaleza. Cuando pensamos en moda, trajes y elegancia pensamos en un italiano con sus trajes, hacemos esa asociación de manera casi instantánea.
El objetivo de este artículo ha sido haceros ver que tenemos rasgos distintos a las demás culturas y que lejos de repudiarla, como nos quieren inculcar, la debemos amar, debemos amar quiénes somos porque a pesar de las penurias económicas que siempre hemos pasado, somos más felices que otros pueblos con mayor capacidad económica. Ser mediterráneo es estar bendecido.
Esta frase da nombre al libro de Nicolas Ordine, premio Príncipe de Asturias, que ha sido mi última lectura y que recomiendo bastante por su contenido didáctico y filosófico. Es un libro que se lee rápido (150 páginas) y que he disfrutado de manera espectacular. Es la esencia de lo mediterráneo en la literatura actual.
En el podcast comentan que la única palabra creada únicamente para esto significado es “sobremesa” en el inglés no tenemos un “post-lunch” ni nada que se le parezca.
Como dato, una copa de vino diaria tiene múltiples beneficios para la salud, aquí os dejo el primer enlace del tema que he encontrado por si os interesa más: Beneficios vino.
“Hedonismo” viene de las palabras “hedoné” (placer) y de -ismo (sufijo que significa cualidad). Esta palabra viene de la concepción epicúrea de que el fin del humano es el placer, no material, sino espiritual, que es el que permanece inalterable.
De hecho en la crisis de 2011 el resto de Europa nos llamaban PIGS (Portugal, Italy, Greece and Spain) para mofarse de nosotros por nuestros problemas financieros.
Para evitar además que los participantes hicieran trampas en las Olimpiadas.
Mismamente, tengo más afinidad con mis colegas de la uni andaluces que con los más “del norte” porque creo que nuestro carácter es más parecido, nuestra forma de sentir, padecer o de ser es mucho más parecido.
Talásico: “del mar”. Más cercanos al mar
Ostenta 310 Michelin España y en 2022 España era el quinto país del mundo con más Estrellas Michelín (y si la dividiéramos en proporción al número de habitantes subiría puestos en el ranking).
Why are you brown stinky Iberian , Mediterranean moral doesn’t exist at all you are brown as terrone
Pienso en parte, porque os lo han inculcado vuestros padres, herederos del sufrimiento de sus propios padres, abuelos y bisabuelos. Sois la nueva generación, enriquecida de las vivencias pasadas